Sobre la URSS
Hay
que dividir por veinte
Andrés
Trapiello, en “La momia y la mano dura” de Magazine de 31 de
marzo de 2013, inserta dos datos inciertos.
“La
orden de embalsamar a Lenin y exponerle en el mausoleo”, no
pudo venir de Stalin, sino del Congreso del Partido Comunista.
Exactamente en esas fechas se preparaba la celebración del XIII
Congreso, que se celebró en mayo de 1924. Asistieron 748 delegados
con voto y 426 con voz pero sin voto en representación de 736.000
comunistas afiliados. Solo de ahí pudo partir la decisión
honorífica y el resultado de la inauguración del mausoleo el 1 de
agosto de ese año. Stalin no poseía el don de la ubicuidad.
“La
revolución rusa dejó tras de sí 40 millones de muertos”:
Solzhenitsyn dijo que 110 millones, igual que Robert Conquest, aunque
luego con su triunfo en la prensa occidental los ajustó a 29
millones. La BBC, en su última parodia en forma de documental, los
cifra en 56 millones de muertos. La premio Pulitzer por “Gulag”,
Anne Applebaum, advirtiendo de las cifras fantásticas y
desorbitadas, lo sitúa en un mínimo de 3 millones de personas.
Pero
llegaron 3 investigadores y pusieron luz para quien quisiera en 9.000
páginas, al poder analizar una a una las cifras y archivos secretos
de la KGB y demás servicios secretos. En su primera entrevista a la
prensa no rusa, el académico Viktor Zemskov dijo en La Vanguardia en
junio de 2001 “entre 1921 y 1953, () las muertes políticas
fueron 1,4 millones.” Y aclara la represión a los Kulaks y las
hambrunas añadidas como asesinatos.
((no publicada en cartas a Magazine))